
En
estos tiempos, donde todo ha cambiado y que ya nada es como antes, lo que
debemos hacer es: liberarnos de la tecnología, eso es lo primordial. Tenemos
que resistir a los encantos que da, no dejarnos embobar ni que nos aísle de la
gente. Tenemos que dejar de preocuparnos por tonterías y vivir cada instante
como si fuera el único. Salir a relacionarnos, no solo con las personas, sino
que también con todo lo que nos rodea; apreciar las cosas bellas que nos ha
dado la naturaleza, salir de ese cautiverio de la soledad y compartir con
nuestra familia y con todas las personas que queremos.
Los
aparatos tecnológicos, son una droga que nos adormece la mente, y es algo que
todavía no hemos podido controlar. Nos volvimos adictos a ellos y por eso somos
incapaces de resistirnos a sus encantos, y pues, el ser humano sólo podrá
resistir cuando dejemos la monotonía de estar todo el día pegado al televisor,
al celular, al computador y a todas esas máquinas. Cuando cambiemos todos esos
aparatos por un libro, cuando apreciemos todas las cosas bellas que nos rodea, en vez de las que vemos en
televisión, cuando las personas ya no busquen amarse a través de un monitor,
cuando lo más cotidiano nos parezca asombroso y empecemos a ver la tecnología
como lo que realmente es… un opio, ahí podremos convivir más humanamente.
Entonces,
para llevar una vida más humana, hay que volver a vivir como antes, donde todo
nos causaba asombro. No dejar que la tecnología nos siga invadiendo y nos quite
la posibilidad de poder convivir y compartir con nuestra gente; no digo que la
tecnología sea mala, sí, es muy buena, porque nos hace la vida más fácil, pero
por esa facilidad es que ya no nos comunicamos; porque según los celulares son
para comunicarnos y nos están es incomunicando.

La
tecnología es la principal razón de que nos estemos perdiendo como seres
humanos, de que nos aislemos, de que estemos volviéndonos indiferentes, de
comunicarnos y tratar muy poco con las personas, y que hayamos perdido esa
capacidad de asombro que teníamos por todas las cosas bellas y cotidianas de
este mundo.
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